En este momento recuerdo a San Pedro y San Juan cuando ante el Sanedrín son llamados y les prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra o enseñaran en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan, como verdaderos 'Soldados de Cristo' les respondieron sin dudar:
"Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les obedezcamos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído" (Hech. 4, 19 - 20).
Admiro y tomo como ejemplo el esa demostración de amor y fidelidad a Dios, esa valentía necesaria para no dudar y jamás faltar a la Verdad. Leo las noticias y artículos de la realidad que nos toca vivir y considero que no debemos incurrir en el tremendo error de mirar hacia otro lado. Al contrario, tenemos la insoslayable misión, como Hijos de Dios y la Patria Argentina, de defender la verdad y no permitir que nos sigan perjudicando y subestimando con mentiras y más mentiras. Somos todos responsables de la desgracia que aqueja a nuestro país si caemos en la cómoda y tentadora idea de decir: 'que me importa'.
Difundan la verdad, no temamos al conocimiento de la realidad, corramos el velo que la mentira nos presenta para confundirnos y hacernos creer que nada es posible remediar.
Viene a mi mente una partecita de esa sencilla y hermosa canción de Yuyo Montes titulada: 'Tramposo', que tan bien interpreta el Chaqueño Palavecino:
Ese que lleva las riendas
mejor que no se haga el tonto
yo le confié mi caballo
y él le ha vendado los ojos
a los que juegan tan sucio
hay que bajarlos del lomo.
No olvidemos jamás que con nuestra formación ciudadana, que debe ser consciente y permanente, podemos lograr un país mejor para nosotros y las generaciones futuras, difundamos la verdad y exijamos a los que tienen que gobernar: amor y abnegación por la Patria.
Si faltan a esa condición indispensable para conducir la Patria... ya sabemos que hacer a la hora de votar.
¡Difundan la Verdad! y... ¡Viva la Patria!
Pablo Cataudella
Pablo Cataudella




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