Mirada retrospectiva del Papa a 2009, un año rico de acontecimientos, con especial atención a Tierra Santa y África, donde reconciliación y justicia son premisas esenciales de paz

Lunes, 21 dic (RV).- Esta mañana, Benedicto XVI ha recibido a sus colaboradores más cercanos para el intercambio de felicitaciones, como es tradicional cuando se acerca la Solemnidad de la Santa Navidad, «que para los cristianos es una ocasión particular de encuentro y de comunión»:

«Ese Niño que adoramos en Belén nos enseña a percibir el amor inmenso de Dios, aquel Dios que ha bajado del cielo, se ha hecho próximo a cada uno de nosotros para hacernos hijos suyos, parte de su misma familia. También esta tradicional cita navideña del Sucesor de Pedro con sus más estrechos colaboradores, es un encuentro de familia, que reafirma los vínculos de afecto y de comunión para formar, cada vez más, aquel ‘Cenáculo permanente’ consagrado a la difusión del Reino de Dios».
‘Suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios’. Una vez más, el Papa ha puesto de relieve a lo largo de su amplio y denso discurso la necesidad de impulsar el diálogo interreligioso y también con los no creyentes, así como la urgencia de la reconciliación, la justicia y la paz para toda la humanidad.

Al concluir «otro año, rico de acontecimientos importantes para la Iglesia y para el mundo», el Santo Padre - «con una mirada retrospectiva llena de gratitud» - ha querido destacar algunos ‘puntos clave’ para la vida eclesial, como el Año Paulino y el Año Sacerdotal. En particular, Benedicto XVI ha afirmado que «para la Iglesia y personalmente para él», este 2009 está marcado por África. Recordando ampliamente, en este contexto, su viaje a Camerún y Angola, así como el Sínodo para el continente africano.

Tras poner de relieve también el segundo gran viaje que realizó este año, es decir su peregrinación a Jordania y Tierra Santa, el Papa se ha referido luego a las otras visitas que realizó. En especial, a la República Checa y a Francia. En lo que respecta a los Años Paulino y Sacerdotal - que se enlazaron entre sí, con la clausura del primero y la inauguración del segundo - Benedicto XVI ha evocado la figura imponente del Apóstol de las Gentes y la humilde del Cura de Ars:
«A partir de ambas figuras, se manifiesta el amplio alcance del ministerio sacerdotal y resulta evidente cuán grande es, precisamente lo que es pequeño y cómo, a través del servicio aparentemente pequeño de un hombre, Dios puede obrar cosas grandes, purificar y renovar el mundo desde dentro».
El continente africano ha centrado gran parte de este discurso del Papa, que ha recordado con emoción la gran cordialidad, afecto y alegría con la que el Sucesor de Pedro, Vicario de Cristo, fue acogido:

«En el encuentro con el Papa se experimentaba la Iglesia universal, la comunidad que abraza al mundo y que es reunida por Dios mediante Cristo. La comunidad que no está fundada sobre intereses humanos, sino que nos es ofrecida por la atención amorosa de Dios para todos. Todos juntos somos familia de Dios, hermanos y hermanas en virtud de un único Padre. Ésta ha sido la experiencia vivida. Experimentando asimismo que la atención amorosa de Dios en Cristo hacia nosotros no es una cosa del pasado y ni siquiera de teorías eruditas, sino una realidad concreta, aquí y ahora. Él está entre nosotros. Lo hemos percibido a través del ministerio del Sucesor de Pedro».

Tras hacer hincapié en que en su recuerdo quedaron grabadas las celebraciones litúrgicas, Benedicto XVI ha destacado dos elementos importantes. La gran alegría compartida y la sacralidad. Una alegría sobria y ordenada, que une a las personas desde su interioridad, llevándolas a la alabanza comunitaria de Dios. Alabanza que, al mismo tiempo, suscita el amor del prójimo y la responsabilidad mutua. Como él mismo ha destacado, su viaje a África estaba enlazado con la inauguración del Sínodo:
«En ocasión de mi visita a África se ha evidenciado la fuerza teológica y pastoral del Primado Pontificio como punto de convergencia para la unidad de la Familia de Dios».
Reiterando la importancia de la colegialidad de los Obispos y de la unidad con Pedro y su Sucesor, el Pontífice ha puesto de relieve el tema sinodal y los conmovedores testimonios que se presentaron:

«Testimonios de sufrimiento y de reconciliación, concretos en las tragedias de la historia reciente del continente. El Sínodo se había propuesto el tema: ‘La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz’. Tema teológico y, sobre todo pastoral de apremiante actualidad, que, sin embargo, se podía malentender como tema político».
Explicando una vez más que los pastores no se deben arrogar ninguna competencia política, el Papa ha recordado las palabras fundamentales de la responsabilidad teológica y social del tema del Sínodo especial para África. Es decir, reconciliación, justicia y paz:

«Se podría decir que reconciliación y justicia son los dos presupuestos esenciales de la paz y que, por lo tanto, definen en cierta medida también su naturaleza. Limitémonos a la palabra ‘reconciliación’. Una mirada a los sufrimientos y penas de la historia reciente de África, pero también a la de muchas otras partes de la Tierra, muestra que los contrastes no resueltos y profundamente arraigados pueden llevar, en ciertas situaciones, a explosiones de violencia, en las que parece perderse todo sentido de humanidad. La paz se puede realizar sólo si se logra alcanzar una reconciliación interior».

Citando como ejemplo positivo, «el proceso de reconciliación, en camino de lograrse en la historia de Europa, después de la segunda guerra mundial, Benedicto XVI ha recordado el papel determinante de «estructuras políticas y económicas inteligentes y éticamente orientadas», que pueden desarrollarse sólo afianzándose en procesos interiores de reconciliación, que hacen posible una nueva convivencia.
«Toda sociedad tiene necesidad de reconciliaciones para que pueda haber paz. Las reconciliaciones son necesarias para una buena política, pero no pueden ser realizadas únicamente por ésta. Son procesos ‘pre-políticos y deben manar de otras fuentes», ha señalado el Santo Padre, recordando que «el Sínodo se propuso examinar profundamente el concepto de reconciliación como tarea para la Iglesia de hoy, llamando la atención sobre sus diversas dimensiones».

«La llamada que san Pablo dirigió a los Corintios tiene precisamente hoy una nueva actualidad», ha enfatizado Benedicto XVI: «¡Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios! (2 Cor 5, 20) Si el hombre no está reconciliado con Dios, está en discordia también con la creación. No está reconciliado consigo mismo, quisiera ser otro del que es en realidad y, por lo tanto, no está reconciliado tampoco con el prójimo».
«Pero esta reconciliación requiere el reconocimiento de la culpa cometida y la humildad de la penitencia», ha recordado el Papa, refiriéndose a la importancia y a la necesidad de redescubrir, precisamente el Sacramento de la penitencia y de la reconciliación. Evocando su peregrinación a Jordania y Tierra Santa, el Santo Padre ha renovado su profunda gratitud a las autoridades jordanas, israelíes y palestinas:

«Todo lo que se puede ver en esos países invoca reconciliación, justicia y paz. La visita a Yad Vashem significó un encuentro perturbador con la crueldad de la culpa humana, con el odio de una ideología ciega que, sin justificación alguna, entregó a millones de seres humanos a la muerte y que, con ello, quiso echar del mundo también a Dios. El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob y el Dios de Jesucristo. Éste es, en primer lugar, un monumento conmemorativo contra el odio, una llamada apremiante a la purificación y al perdón, al amor. Precisamente este monumento a la culpa humana ha hecho más importante la visita a los lugares de la memoria de la fe y ha hecho percibir su inalterada actualidad».

Refiriéndose a la nueva evangelización, en especial al diálogo con las personas agnósticas y ateas, Benedicto XVI ha evocado las palabras de Jesús sobre ‘el templo como casa de oración para todos los pueblos’, evocando el ‘atrio de los gentiles, que desalojó de negocios exteriores para dejar espacio a los que buscaban a Dios’.
«Yo pienso – ha afirmado textualmente el Papa - que la Iglesia debería, también hoy, abrir un ‘atrio de los gentiles’ donde los hombres puedan de alguna manera enlazarse con Dios, aun sin conocerlo y antes de que encuentren acceso a su misterio, a cuyo servicio está la vida interna de la Iglesia».

«Al diálogo con las religiones debe añadirse hoy, sobre todo, el diálogo con aquellos para los cuales la religión es algo extraño, a los cuales Dios es desconocido y que, sin embargo, no quisieran quedar simplemente sin Dios, sino acercarse a Él al menos como Desconocido», ha reiterado Benedicto XVI, recordando que los sacerdotes están a disposición de todos. De los que conocen a Dios de cerca y de aquellos para los cuales Él es el ‘Desconocido’, con el anhelo de que todos puedan percibir la cercanía de Dios y de su amor.
Fuente: Radio Vaticano




Conozca a los 5 nuevos santos, 6 beatos y 10 venerables reconocidos por la Iglesia

La Santa Sede difundió la relación completa de los futuros beatos y venerables autorizados por el Papa Benedicto XVI en los decretos que a continuación se detallan. La lista -además de los Papas Juan Pablo II y Pío XII- incluye a un sacerdote y dos laicos españoles, además de una adolescente italiana de solo 19 años.

Un milagro atribuido a la intercesión del beato Stanislaw Soltys, llamado Kazimierczyk, sacerdote profeso de la Orden de los Canónigos Regulares Lateranenses, nacido el 27 de septiembre de 1433 en Kazimierz (Polonia) y fallecido en esa localidad el 3 de mayo de 1489;

Un milagro atribuido a la intercesión del beato André Bessette (su nombre de pila era Alfred), religioso de la Congregación de la Santa Cruz; nacido en Saint-Grégoire d'Iberville (Canadá) el 9 de agosto de 1845 y fallecido en Montréal (Canadá) el 6 de enero de 1937;

Un milagro atribuido a la intercesión de la beata María de la Cruz MacKillop (su nombre de pila era Mary Helen), fundadora de la Congregación de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón; nacida el 15 de enero de 1842 en Fitzroy (Australia) y fallecida el 8 de agosto de 1909 en Sydney (Australia);

Un milagro atribuido a la intercesión de la beata Giulia Salzano, fundadora de la Congregación de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón de Jesús; nacida el 13 de octubre de 1846 en Santa Maria Capua Vetere (Italia) y fallecida el 17 de mayo de 1929 en Casoria (Italia);

Un milagro atribuido a la intercesión de la beata Battista da Varano (su nombre de pila era Camilla), monja de la Orden de Santa Clara y fundadora del monasterio de Santa Clara en la ciudad de Camerino; nacida el 9 de abril de 1458 en Camerino (Italia) y fallecida en esa localidad el 31 de mayo de 1524;

Un milagro, atribuido a la intercesión del venerable siervo de Dios José Tous y Soler, sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos y fundador de la Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor; nacido el 31 de marzo de 1811 en Igualada (España) y fallecido el 27 de febrero de 1871 en Barcelona (España);

Un milagro atribuido a la intercesión del venerable siervo de Dios Leopoldo de Alpandeire Sánchez Márquez (su nombre de pila era Francisco), laico profeso de la Orden d los Frailes Menores Capuchinos; nacido el 24 de julio de 1866 en Alpandeire (España) y fallecido el 9 de febrero de 1956 en Granada (España);

Un milagro atribuido a la intercesión del venerable siervo de Dios Manuel Lozano Garrido, laico; nacido el 9 de agosto de 1920 en Linares (España) y fallecido en esa localidad el 3 de noviembre de 1971;

Un milagro atribuido a la intercesión del venerable sierva de Dios Teresa Manganiello, laica, de la Tercera Orden de San Francisco; nacida en Montefusco (Italia) el 1 de enero de 1849 y fallecida en esa localidad el 4 de noviembre de 1876;

Un milagro atribuido a la intercesión del venerable sierva de Dios Chiara Badano, laica; nacida en Sassello (Italia) el 29 de octubre de 1971 y fallecida en esa localidad el 7 de octubre de 1990;

El martirio del siervo de Dios Jerzy Popieluszko, sacerdote diocesano; nacido el 14 de septiembre de 1947 en Okopy Suchowola (Polonia) y asesinado por odio de la fe el 20 de octubre de 1984 en los alrededores de Wloclawek (Polonia);

Las virtudes heroicas del siervo de Dios Giacomo Illirico da Bitetto, laico profeso de la Orden de los Frailes Menores, nacido en 1400 en Zara (Dalmacia) y fallecido en torno al año 1496 en Bitetto (Italia);

Las virtudes heroicas del siervo de Dios Pío XII (Eugenio Pacelli), sumo pontífice; nacido en Roma el 2 de marzo de 1876 y fallecido en Castelgandolfo el 9 de octubre de 1958;

Las virtudes heroicas del siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla), sumo pontífice; nacido el 18 de mayo de 1920 en Wadowice (Polonia) y fallecido en Roma el 2 de abril de 2005;

Las virtudes heroicas del siervo de Dios Louis Brisson, sacerdote y fundador de los Oblatos y Oblatas de San Francisco de Sales; nacido el 23 de junio de 1817 en Plancy (Francia) y fallecido en esa localidad el 2 de febrero de1908;

Las virtudes heroicas del siervo de Dios Giuseppe Quadrio, sacerdote profeso de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco; nacido el 28 de noviembre de 1921 en Vervio (Italia) y fallecido en Turín (Italia) el 23 de octubre de 1963;

Las virtudes heroicas de la sierva de Dios Mary Ward, fundadora del Instituto de la Bienaventurada Virgen María, hoy Congregación de Jesús, nacida en Mulwith (Inglaterra) el 23 de enero de 1585 y fallecida en Hewarth (Inglaterra) el 30 de enero de 1645;

Las virtudes heroicas de la sierva de Dios Antonia Maria Verna, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Caridad de la Inmaculada Concepción; nacida en Pasquaro di Rivarolo (Italia) el 12 de junio de 1773 y fallecida en esa localidad el 25 de diciembre de 1838;

Las virtudes heroicas de la sierva de Dios Maria Chiara Serafina de Jesús Farolfi (su nombre de pila era Francisca), fundadora de las Hermanas Clarisas Franciscanas Misioneras del Santísimo Sacramento; nacida el 7 de octubre de 1853 en Tossignano (Italia) y fallecida el 18 de junio de 1917 en Badia di Bertinoro (Italia);

Las virtudes heroicas de la sierva de Dios Enrica Alfieri (su nombre de pila era Maria Angela), religiosa profesa dela Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antide Thouret; nacida el 23 de febrero de 1891 en Borgovercelli (Italia) y fallecida en Milán (Italia) el 23 de noviembre de 1951;

Las virtudes heroicas del siervo de Dios Giunio Tinarelli, laico, socio de la Pía Unión Primaria de los Silenciosos Operarios de la Cruz, nacido en Terni (Italia) el 27 de mayo de 1912 y fallecido en esa localidad el 14 de enero de 1956.
Fuente: Aci Prensa




Diez mil ejemplares del Nuevo Testamento para los soldados españoles
Por iniciativa del arzobispado castrense y la Sociedad Bíblica

MADRID, lunes, 21 diciembre 2009 (ZENIT.org).- El Arzobispado Castrense de España y la Sociedad Bíblica se han unido para desarrollar un proyecto de distribución del Nuevo Testamento para las Fuerzas Armadas Españolas y para los cuerpos de seguridad del Estado.

El proyecto tiene previsto beneficiar por el momento a diez mil miembros de las distintas Fuerzas, pero la idea es ampliar la distribución para los próximos años, informa a ZENIT la Sociedad Bíblica.

El Ejército español cuenta con más de 200.000 miembros, y tiene actualmente tropas en misión en el Líbano y en Afganistán, y monseñor Juan del Río, arzobispo castrense de España, ha señalado, según indica la Sociedad Bíblica, que la mejor forma de llegar al corazón de los soldados en medio de la soledad, del miedo, y la guerra, es llevarles la Palabra de Esperanza, La Palabra de Dios.

El ejemplar del Nuevo Testamento cuenta con unas referencias bíblicas que servirán de ayuda para los momentos más difíciles, y una carta de presentación del arzobispo castrense, monseñor Juan del Río Martín.

La versión usada para este proyecto es “Dios Habla Hoy” de las Sociedades Bíblicas Unidas, y dicha traducción está realizada según las normas de traducción interconfesional del Vaticano, que durante más de treinta años se ha distribuido en todas las Fuerzas Armadas del mundo por medio de cada Sociedad Bíblica local.

Estos Nuevos Testamentos tienen la característica especial de haber sido especialmente proyectados para los soldados, con un diseño único, totalmente camuflado con tonos verde militar en su portada.
Fuente: Zenit

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