
Benedicto XVI invita a encomendarle a la Inmaculada a cada uno de nosotros, nuestras familias y toda la Iglesia y al mundo entero
Martes, 8 dic (RV).- En ésta que es “una de las fiestas más bellas de la Virgen María” -la solemnidad de su Inmaculada

"¡Queridos amigos, qué alegría inmensa tener como Madre a María Inmaculada! Cada vez que experimentamos nuestra fragilidad y las sugestiones del mal, podemos dirigirnos a Ella. Y nuestro corazón recibe luz y consuelo. También en las pruebas de la vida, en las tempestades que hacen vacilar la fe y la esperanza, pensemos que somos hijos suyos y que las raíces de nuestra existencia ahondan en la infinita gracia de Dios”.
Benedicto XVI ha exhortado a rogar a la Virgen Inmaculada su amparo por cada uno de nosotros, por la Iglesia y por el mundo, tal como hará él mismo esta tarde: “La Iglesia misma, aún expuesta a los influjos negativos del mundo, encuentra en Ella la estrella para orientarse y seguir la ruta que le indica Cristo. María es en efecto la Madre de la Iglesia, como han proclamado solemnemente el Papa Pablo VI y el Concilio Vaticano II. Por lo tanto, mientras rendimos gracias a Dios por este signo estupendo de su bondad, encomendemos a la Virgen Inmaculada a cada uno de nosotros, nuestras familias y las comunidades, a toda la Iglesia y al mundo entero. Lo haré yo también esta tarde, según la tradición, a los pies del monumento dedicado a Ella, en la Plaza de España”.
En sus palabras en nuestra lengua, Benedicto XVI ha recordado también esta fiesta y la profunda devoción a la Virgen tan arraigada en España y América Latina: “Saludo con afe

Como cada año, el Papa ha saludado con especial alegría a la Pontificia Academia de la Inmaculada, encabezada por el Card. Andrea María Deskur.
Fuente: Radio Vaticano
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